Introducción individual
La siguiente actividad la he dividido en 5 días para poder organizarla de manera óptima. Los días 1 y 5 son la parte grupal mientras que los días 2,3 y 4 son la parte individual. Además, he tratado de incluir los objetivos tratados en los diferentes día extraídos del decreto 89/2014 de la Comunidad de Madrid, así como la webgrafía y bibliografía en la que me he apoyado para hacer las actividades.
El primer día todos los profesores
vestidos de diferentes estamentos de la sociedad del momento: el director Cervantes, el profe de primero de grupos marginales, el profe de segundo
campesinos, el profe de tercero artesanos, el profe de cuarto burguesía, el
profe de quinto clero y el profe de sexto nobleza.
En el teatro del colegio
ambientado, los profesores harás una pequeña presentación de los estamentos de
la sociedad y los niños del colegio se repartirán entre los diferentes
estamentos.
Cada grupo, que representa una
clase social, hará un disfraz de este con material reciclado y escolar que
proporcionaran los profesores.
- · Disfraz grupo marginales: utilizando ceras negras y carboncillo, nos mancharemos la cara y las manos. Con papeles reciclados, recortaremos parches para pegarlo con celo por la ropa.
- · Disfraz artesanos: realizarán con folios reciclados un martillo enrollando dos folios uno más pequeño y otro más largo y pegándolos con celo en horizontal, también harán una lija con folio pintado de negro y un delantal.
- · Disfraz burguesía clase media: utilizaremos una bolsa de patatas a modo de chalecos para representar la vestimenta de comerciantes y además las bolsas en las que guardaban las monedas.
- · Disfraz alto clero: utilizamos una bolsa de basura grande a modo de túnica, con cartulina realizaremos unos alzacuellos blanco y una cruz marrón.
- · El disfraz se hará con bolsa de basuras de colores cartulinas, goma EVA y plastilina. El objetivo es crear ropaje que represente el poder de era clase social. Por ejemplo, prendas de pieles de animales, joyas, etc.
Cada 20 minutos, los grupos cambiaran de estamento para que puedan sentir todos los estamentos sociales y trabajar la empatía.
Descanso
Actividad para introducir El Quijote: para acabar la jornada inicial y ya introducidos en la época, proyectaremos un breve video para adentrar al alumnado en la obra El Quijote. Una vez lo hayan visto, les propondremos una actividad para el día siguiente en la que todos tengan que empezar con la frase “En un lugar de…” y en la que contaran una historia veraniega que ellos quieran, ya sea real o ficticia, teniendo que leerla delante de sus compañeros en clase.
Objetivos Educación literaria:
17.
Dramatiza, individualmente y en grupo, textos literarios apropiados o adecuados
a su edad y textos de producción propia.
Día 2
La primera actividad del día será la exposición de los textos ante el resto de los compañeros que los alumnos han creado y que debían empezar con la frase “En un lugar de…” donde cuentan una historia veraniega real o ficticia.
Después, el maestro explicará los diferentes géneros existentes con el apoyo de mapas conceptuales y presentación PPT. Tras esta breve explicación, el maestro se centrará en la Obra de Cervantes El Quijote. A continuación, se dará paso a una “Lluvia de ideas” donde los alumnos expresen ideas acerca de esta obra literaria y el maestro anotará en la pizarra.
Tras el recreo, los alumnos en
grupos cooperativos tendrán que elegir un capitulo de El Quijote para hacer una
sencilla representación teatral. La elección deberá ser consensuada por todos
los miembros de grupo y dar una argumentación de dicha elección. El maestro,
previamente, presentará mediante una presentación PPT la lista de capítulos de
toda la obra donde aparezcan imágenes y alguna anécdota, frase o parte de cada
uno de los capítulos que sirva de animación a la lectura a los diferentes
grupos.
Por ejemplo: un grupo elige el Capítulo XIX porque tras leer un fragmento, presentado como animación a la lectura, quedaron intrigados sobre la aventura de fantasmas de la que habla Sancho. El fragmento es el siguiente: “—¡Desdichado de mí! —respondió Sancho—; si acaso esta aventura fuese de fantasmas, como me lo va pareciendo, ¿adónde habrá costillas que la sufran?”,
Los textos que leen los alumnos son adaptaciones extraídas de una fuente fiable como Centro Virtual Cervantes (CVC). Estas adaptaciones respetan el vocabulario original y manera de escribir al autor acercan al alumno a la obra, hecho que servirá para una mejor compresión de la misma. La página web es la siguiente:
Para acabar, los grupos se repartirán personajes y preparan el breve teatro el
capítulo de El Quijote que han elegido, seleccionando escenas más
características. El lenguaje usado deberá de ser el original.
Tras finalizar esta sesión, los alumnos podrán diferenciar entre géneros literarios, habrán conocido nuevos detalles de Miguel de Cervantes y descubierto personajes de El Quijote.
Objetivos Educación literaria:
- 16. Crea textos literarios (cuentos,
poemas, canciones y pequeñas obras teatrales) a partir de pautas o modelos
dados utilizando recursos léxicos, sintácticos, fónicos y rítmicos en dichas
producciones.
- 17. Dramatiza, individualmente y en grupo, textos literarios
apropiados o adecuados a su edad y textos de producción propia.
Webgrafía y bibliografía:
Labajo González, M.T. Apuntes literatura españika, literatura
infantil y educación literaria.
Día 3
La primera actividad del día será
la lectura, por parte del maestro, de un capítulo original de El Quijote para
toda la clase. El capitulo elegido es Capítulo LVIII y, a través de él, los
alumnos reflexionaran sobre actuaciones de personajes o pensamientos de los
mismos. Por ejemplo, mediante la siguiente cita: "La libertad, Sancho, es uno de los más
preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden
igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad,
así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario,
el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres".
Para llevar a cabo la lectura, el maestro hará varias actividades antes, durante y después de la lectura. A continuación, las actividades detalladas:
Antes de la lectura
Si o no: los alumnos hacen
preguntas al maestro acerca del capitulo con el fin de conocer lo que pasará
pero este sólo podrá responder con un si o con un no.
Historia encadenada: el maestro
lee las primeras líneas del capítulo y, a partir de ahí, los alumnos inventarán
una historia.
Durante la lectura
Preguntas para reflexionar: ¿Qué
os parece el compartiendo de Sancho?
Después de la lectura
Recomienda: El alumno deberá
escribir una carta a un amigo/familiar
para recomendar el capítulo.
¿Quién es quién?: El alumno
establecerá una comparación entre un personaje del capítulo y alguien de su
entorno, personaje público…
Para acabar la sesión, los
alumnos crearán un cómic sobre la escena del capítulo tratado durante la sesión que más le ha llamado la atención. Al
final de la clase intercambiarán para poder apreciar cómo ha imaginado cada
alumno a cada personaje, situación, paisaje… Esta tarea podrán acabarla en
casa.
Objetivos Educación literaria:
9. Realiza lecturas guiadas de textos
narrativos de tradición oral, literatura infantil, adaptaciones de obras
clásicas y literatura actual.
12. Utiliza comparaciones, metáforas,
aumentativos, diminutivos y sinónimos en textos literarios.
Bibliografía y Webgrafía:
Labajo González, M.T. Apuntes literatura española, literatura
infantil y educación literaria.
Cervantes Saavedra, M. (1608). El ingenioso hidalgo Don Quixote de La
Mancha: Compuesto por Miguel de Cervantes Saavedra, dirigido al Duque de
Béjar, Marques de Gibraleon, Conde de Benalcaçar, y Bañares, Vizconde de la
Puebla de Alcozer, Señor de las villas de Capilla, Curiel y Burguillo.
Disponible en http://www.libros.uchile.cl/65
Día 4
La letanía es una herramienta para abordar la literatura
en el aula. Al igual que cientos de poetas han dedicado algunos versos a El
Quijote de Cervantes, los alumnos también harán un poema tratando esta obra.
Para iniciar la actividad, se repartirán trozos de cartulina donde los alumnos
deben escribir un verso siguiendo varias pautas que dice el maestro. Al
finalizar, se unen las cartulinas y el maestro escribe la ultima estrofa del
poema que está relacionada por la primera estrofa (circular). El resultado será
un mural con un poema sobre la obra para adornar el aula. Aquí un ejemplo de
verso:
Don Quijote me
recuerda a… la valentía de un león.
(parte obligatoria en todos los versos) (parte inventada por alumno)
Para acabar el día, el maestro
planteará una actividad que une Literatura y Educación Plástica. La dinámica
consiste en la creación de un escudo simulando a la herramienta que portaba don
Quijote para defenderse ante un potencial ataque. Cuando esta manualidad esté
acabada, el alumno escribirá sobre la parte delantera una frase que le haya
llamado la atención de la obra.
A continuación, la imagen del escudo antes de escribir la frase:
Para acabar el día, los grupos representaran el capítulo de El Quijote que han elegido en el Día 2, seleccionando escenas más características. El lenguaje usado deberá de ser el original.
16. Crea textos literarios (cuentos, poemas, canciones y pequeñas obras teatrales) a partir de pautas o modelos dados utilizando recursos léxicos, sintácticos, fónicos y rítmicos en dichas producciones.
Webgrafía y bibliografía:
Labajo González, M.T. Apuntes literatura española, literatura
infantil y educación literaria.
Día 5 (parte grupal)
Gymkanna
Esta actividad se realizará en la ciudad de Alcalá de Henares, ciudad natal de Miguel Cervantes, y está dividida en 6 partes las cuales están estrechamente relacionado con El Quijote. Cada posta de Gymkanna se centra en un capítulo de la obra para conocerlo mas a fondo.
A continuación, la gymkanna explicada por postas:
A continuación, la gymkanna explicada por postas:
1 1. Sancho
nombra a quijote caballero de la triste figura
Localización: Plaza puerta de
Madrid (Alcalá).
Propuesta: Los niños se sientan en círculo
debajo del arco de la puerta y el maestro, les cuenta la historia. Antes de
esto ha dejado partes de la historia reflejadas en imágenes plastificadas
alrededor de la puerta (5). Una vez concluya la historia se formaran 5 grupos
aleatorios y tendrán que buscar una de las imágenes y ponerse de acuerdo con el
resto de los grupos para ver cuál es el orden. Una vez tengan el orden se
volverá a hacer el circulo debajo de la puerta, y saldrán en orden a
representar cada grupo su escena como ellos se lo imaginen, dándose paso unos a
otros hasta completar la historia.
Para terminar volveremos al
círculo y jugaremos a un “pasa palabra”, es decir, cada uno tendrá que ir
diciendo una frase completando la historia que hemos visto, desde el comienzo
hasta el final.
Capitulo XIX: Lo que sucedió a Don Quijote con su Dulcinea
De las discretas razones que Sancho pasaba con su amo, y de la aventura
que le sucedió con un cuerpo muerto, con otros acontecimientos famosos.
Sancho le comenta a Don Quijote que todas
estas desventuras que están padeciendo son debidas a que Don Quijote había roto
su juramento de no comer pan (aquí Cervantes se descuida ya que en ningún
momento anterior había nombrado este juramento). Don Quijote le dice que tiene
razón pero que él también tiene parte de culpa ya que no se lo había
recordado. De esta forma se hizo de noche y vieron a través del camino
unas luces que se acercaban. Cuando ya se encontraban muy próximas Don Quijote
les pregunto qué de dónde venían, entonces la mula de uno de ellos se asustó y
tiro al suelo al hombre que la montaba y todos los demás huyeron. Don Quijote
enojado apuntó con su lanza al hombre que se encontraba en el suelo y le volvió
a preguntar que de dónde venían. El hombre le
dijo que era un religioso y lo que llevaban era un muerto. Así Don Quijote
llamó a Sancho, el cual aprovechando la oscuridad había estado robando
algunos alimentos,
para que ayudase a levantar al pobre religioso. Sancho a su vez presentó a
Don Quijote como "El Caballero de la triste figura" y Sancho ante la
curiosidad del monje del porqué de ese nombre dijo que era porque no tenía
muelas y porque la cara la tenía muy delgada de no haber comido en todo el
día. Así se despidieron del monje y se fueron a un prado a comer los
alimentos que habían robado.
Webgrafía
2. El capitán cautivo
Localización: Calle Mayor de
Alcalá
Propuesta: a modo de ahorcado,
simulamos que un niño está secuestrado y atado con 6 mordazas. Cada vez que los
participantes acierten una pregunta, que será formulada por el profesor, se le
quitará una mordaza al capitán cautivo. Tendrán 3 minutos para responder 6 preguntas
bien acerca de El Quijote para liberar al capitán.
Capítulo XXXIX
—En un lugar de las montañas de León tuvo principio mi linaje, con quien fue más agradecida y liberal la naturaleza que la fortuna, aunque en la estrecheza de aquellos pueblos todavía alcanzaba mi
padre fama de rico, y verdaderamente lo fuera si así se diera maña a conservar
su hacienda como se la daba en gastalla; y la condición que tenía de ser
liberal y gastador le procedió de haber sido soldado los años de su joventud, que es escuela la soldadesca donde el mezquino se hace franco, y el franco, pródigo, y si algunos soldados se hallan miserables, son
como monstruos, que se ven raras veces. Pasaba mi padre los términos de la
liberalidad y rayaba en los de ser pródigo, cosa que no le es de ningún provecho al hombre casado y que tiene
hijos que le han de suceder en el nombre y en el ser. Los que mi padre tenía
eran tres, todos varones y todos de edad de poder elegir estado. Viendo, pues,
mi padre que, según él decía, no podía irse a la mano contra su condición5, quiso privarse del instrumento y causa que le hacía gastador y
dadivoso, que fue privarse de la hacienda, sin la cual el mismo Alejandro
pareciera estrecho. Y, así, llamándonos un día a todos tres a solas en un aposento, nos dijo unas razones semejantes a las que ahora diré: «Hijos, para
deciros que os quiero bien basta saber y decir que sois mis hijos; y para
entender que os quiero mal basta saber que no me voy a la mano en lo que toca a
conservar vuestra hacienda. Pues para que entendáis desde aquí adelante que os
quiero como padre, y que no os quiero destruir como padrastro, quiero hacer una
cosa con vosotros que ha muchos días que la tengo pensada y con madura
consideración dispuesta. Vosotros estáis ya en edad de tomar estado, o a lo
menos de elegir ejercicio, tal que cuando mayores os honre y aproveche. Y lo que he pensado es hacer de mi hacienda cuatro partes: las tres os
daré a vosotros, a cada uno lo que le tocare, sin exceder en cosa alguna, y con
la otra me quedaré yo para vivir y sustentarme los días que el cielo fuere
servido de darme de vida. Pero querría que, después que cada uno tuviese en su
poder la parte que le toca de su hacienda, siguiese uno de los caminos que le
diré. Hay un refrán en nuestra España, a mi parecer muy verdadero, como todos
lo son, por ser sentencias breves sacadas de la luenga y discreta experiencia;
y el que yo digo dice: “Iglesia o mar o casa real”, como si más claramente dijera: “Quien quisiere valer y ser rico siga
o la Iglesia o navegue, ejercitando el arte de la mercancía, o entre a servir a los reyes en sus casas”; porque dicen: “Más vale
migaja de rey que merced de señor”. Digo esto porque querría y es mi voluntad que uno de vosotros
siguiese las letras, el otro la mercancía, y el otro sirviese al rey en la
guerra, pues es dificultoso entrar a servirle en su casa; que ya que la guerra no dé muchas riquezas, suele dar mucho valor y
mucha fama. Dentro de ocho días os daré toda vuestra parte en dineros, sin
defraudaros en un ardite, como lo veréis por la obra. Decidme ahora si queréis seguir mi parecer y consejo en lo que os he
propuesto». Y mandándome a mí, por ser el mayor, que respondiese, después de
haberle dicho que no se deshiciese de la hacienda, sino que gastase todo lo que
fuese su voluntad, que nosotros éramos mozos para saber ganarla, vine a concluir en que cumpliría su gusto, y que el mío era seguir el
ejercicio de las armas, sirviendo en él a Dios y a mi rey. El segundo hermano
hizo los mesmos ofrecimientos y escogió el irse a las Indias, llevando empleada
la hacienda que le cupiese. El menor, y a lo que yo creo el más discreto, dijo que quería seguir
la Iglesia o irse a acabar sus comenzados estudios a Salamanca. Así como
acabamos de concordarnos y escoger nuestros ejercicios, mi padre nos abrazó a
todos, y con la brevedad que dijo puso por obra cuanto nos había prometido; y
dando a cada uno su parte, que, a lo que se me acuerda, fueron cada tres mil
ducados en dineros (porque un nuestro tío compró toda la hacienda y la pagó de
contado, porque no saliese del tronco de la casa), en un mesmo día nos
despedimos todos tres de nuestro buen padre. Y en aquel mesmo, pareciéndome a
mí ser inhumanidad que mi padre quedase viejo y con tan poca hacienda, hice con
él que de mis tres mil tomase los dos mil ducados, porque a mí me bastaba el
resto para acomodarme de lo que había menester un soldado. Mis dos hermanos,
movidos de mi ejemplo, cada uno le dio mil ducados; de modo que a mi padre le
quedaron cuatro mil en dineros, y más tres mil que a lo que parece valía la hacienda que le cupo, que
no quiso vender, sino quedarse con ella en raíces. Digo, en fin, que nos despedimos dél y de aquel nuestro tío que he
dicho, no sin mucho sentimiento y lágrimas de todos, encargándonos que les
hiciésemos saber, todas las veces que hubiese comodidad para ello, de nuestros
sucesos, prósperos o adversos. Prometímoselo, y, abrazándonos y echándonos su
bendición, el uno tomó el viaje de Salamanca, el otro de Sevilla, y yo el de Alicante, adonde tuve nuevas que había una nave ginovesa
que cargaba allí lana para Génova. Este hará veinte y dos años que salí de casa de mi
padre, y en todos ellos, puesto que he escrito algunas cartas, no he sabido
dél ni de mis hermanos nueva alguna; y lo que en este discurso de tiempo he
pasado lo diré brevemente. Embarquéme en Alicante, llegué con próspero viaje a
Génova, fui desde allí a Milán, donde me acomodé de armas y de algunas galas de soldado, de donde quise ir a asentar mi
plaza al Piamonte; y estando ya de camino para Alejandria de la Palla, tuve nuevas que el gran Duque de Alba pasaba a Flandes. Mudé propósito, fuime con él, servíle en las jornadas que hizo,
halléme en la muerte de los condes de Eguemón y de Hornos, alcancé a ser alférez de un famoso capitán de Guadalajara, llamado
Diego de Urbina, y a cabo de algún tiempo que llegué a Flandes, se tuvo nuevas de la liga que la Santidad del papa Pío Quinto, de felice
recordación, había hecho con Venecia y con España, contra el enemigo común, que es el Turco, el cual
en aquel mesmo tiempo había ganado con su armada la famosa isla de Chipre, que estaba debajo del dominio de venecianos, y fue pérdida lamentable y desdichada. Súpose cierto que venía por general
desta liga el serenísimo don Juan de Austria, hermano natural de nuestro buen rey don Felipe; divulgóse el
grandísimo aparato de guerra que se hacía, todo lo cual me incitó y conmovió el
ánimo y el deseo de verme en la jornada que se esperaba; y aunque tenía
barruntos, y casi premisas ciertas, de que en la primera ocasión que se ofreciese sería
promovido a capitán, lo quise dejar todo y venirme, como me vine a Italia, y
quiso mi buena suerte que el señor don Juan de Austria acababa de llegar a
Génova, que pasaba a Nápoles a juntarse con la armada de Venecia, como después
lo hizo en Mecina. Digo, en fin, que yo me hallé en aquella felicísima jornada, ya hecho capitán de infantería, a cuyo honroso cargo me subió mi
buena suerte, más que mis merecimientos; y aquel día, que fue para la
cristiandad tan dichoso, porque en él se desengañó el mundo y todas las
naciones del error en que estaban creyendo que los turcos eran invencibles por
la mar, en aquel día, digo, donde quedó el orgullo y soberbia otomana
quebrantada, entre tantos venturosos como allí hubo (porque más ventura
tuvieron los cristianos que allí murieron que los que vivos y vencedores
quedaron), yo solo fui el desdichado; pues, en cambio de que pudiera esperar, si
fuera en los romanos siglos, alguna naval corona, me vi aquella noche que siguió a tan famoso día con cadenas a los
pies y esposas a las manos. Y fue desta suerte: que habiendo el Uchalí, rey de Argel, atrevido y venturoso cosario, embestido y rendido la capitana de
Malta, que solos tres caballeros quedaron vivos en ella, y éstos malheridos, acudió la capitana de Juan
Andrea a socorrella, en la cual yo iba con mi compañía; y haciendo lo que debía
en ocasión semejante, salté en la galera contraria, la cual desviándose de la
que la había embestido, estorbó que mis soldados me siguiesen, y, así, me
hallé solo entre mis enemigos, a quien no pude resistir, por ser tantos: en fin
me rindieron lleno de heridas. Y como ya habréis, señores, oído decir que el Uchalí se salvó con toda su escuadra, vine
yo a quedar cautivo en su poder, y solo fui el triste entre tantos alegres y el
cautivo entre tantos libres, porque fueron quince mil cristianos los que aquel
día alcanzaron la deseada libertad, que todos venían al remo en la turquesca
armada.
Webgrafía
http://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/Edicion/parte1/cap39/default.htm
3. Galeotes
Localización: Universidad de
Alcalá
Propuesta: para comenzar, todos
los niños se sentarán formando un circulo frente a la fachada de la universidad,
una vez estemos todos sentados en el suelo, les empezaré a leer el capítulo de
la “liberación de los galeotes” y más específicamente en su primer párrafo (ya
que el capítulo en sí es demasiado largo y perderíamos la mayor parte de la
dinámica en su lectura) porque me parece que resume muy bien el desarrollo del
capítulo.
Como el capítulo consiste en la liberación que Don Quijote quiere llevar a cabo con aquellas personas a las cuales el rey había mandado a las galeras, la actividad se centrará en un divertido juego en el que, haciendo grupos de 5, cada niño tendrá un rol distinto. Un miembro del grupo hará de don quijote, otro del rey y los otros 3 de los galeotes (cada uno de estos cuatro niños se inventará un motivo por el cual han sido destinados a galeras: por ejemplo, un niño puede decir que está ahí por jugar al futbol, otro porque le gusta cantar…).
El papel que tiene el niño que haga de Don Quijote, es intentar convencer al rey de que no lleve a personas inocentes a galeras explicando y argumentando el por qué. Lo que se pretende con esta actividad es llegar a la conclusión de que antes se cometían muchas injusticias y que gracias al poder de la palabra (siempre y cuando se utilizase debidamente) se podría solucionar cualquier tipo de problema.
Como el capítulo consiste en la liberación que Don Quijote quiere llevar a cabo con aquellas personas a las cuales el rey había mandado a las galeras, la actividad se centrará en un divertido juego en el que, haciendo grupos de 5, cada niño tendrá un rol distinto. Un miembro del grupo hará de don quijote, otro del rey y los otros 3 de los galeotes (cada uno de estos cuatro niños se inventará un motivo por el cual han sido destinados a galeras: por ejemplo, un niño puede decir que está ahí por jugar al futbol, otro porque le gusta cantar…).
El papel que tiene el niño que haga de Don Quijote, es intentar convencer al rey de que no lleve a personas inocentes a galeras explicando y argumentando el por qué. Lo que se pretende con esta actividad es llegar a la conclusión de que antes se cometían muchas injusticias y que gracias al poder de la palabra (siempre y cuando se utilizase debidamente) se podría solucionar cualquier tipo de problema.
De la libertad que dio Don Quijote a muchos desdichados que mal de su grado
los llevaban donde no quisieran ir
Cuenta Cide Hamete Ben-Engeli autor
arábigo y manchego, en esta gravísima, altisonante, mínima, dulce e imaginada
historia, que después que entre el famoso Don Quijote de la Mancha y Sancho
Panza, su escudero pasaron aquellas razones que en fin del capítulo veintiuno
quedan referidas, que Don Quijote alzó los ojos y vio que por el camino que
llevaban venían hasta doce hombres a pie ensartados como cuentas en una gran
cadena de hierro por los cuellos, y todos con esposas a las manos. Venían
asimismo con ellos dos hombres de a caballo y dos de a pie; los de a caballo
con escopetas de rueda, y los de a pie con dardos y espadas, y que así como
Sancho Panza los vio dijo: Esta es cadena de galeotes, gente forzada del rey,
que va a las galeras. ¿Cómo gente forzada? preguntó Don Quijote. ¿Es posible
que el rey haga fuerza a ninguna gente? No digo eso, respondió Sancho, sino que
es gente que por sus delitos va condenada a servir al rey en las galeras de por
fuerza. En resolución, replicó Don Quijote, como quiera que ello sea, esta
gente, aunque los llevan, van de por fuerza y no de su voluntad. Así es, dijo
Sancho. Pues desa manera, dijo su amo, aquí encaja la ejecución de mi oficio,
desfacer fuerzas y socorrer y acudir a los miserables. Advierta vuestra merced,
dijo Sancho, que la justicia, que es el mesmo rey, no hace fuerza ni agravio a
semejante gente, sino que los castiga en pena de sus delitos.
4. En un lugar de la Mancha
Localización: Casa-Museo
Cervantes
Propuesta: Se
reunirá a los alumnos en la puerta de la casa museo donde se les leerá parte
del primer capítulo del Quijote, utilizaremos este capítulo para ponerles en
situación ya que en el trata y describe la vida del hidalgo, posterior a la
lectura realizaremos un ruta guiada por la casa museo donde se explicará a los
alumnos las distintas salas, las cuales están ambientadas en la vida de esa
época.
Según dice la
propia página de la casa museo “Sus diversas estancias recrean las costumbres,
gustos y quehaceres cotidianos de los siglos XVI y XVII, buscando percibir la presencia de sus
moradores.”
Las reservas para
los grupos se realizarán llamando al teléfono 91 889 96 54.
Capítulo primero:
En un lugar de la
Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un
hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo
corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches,
duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de
añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto
della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con
sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí
de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una
sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así
ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los
cincuenta años. Era de complexión recia, seco de carnes,
enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía
el sobrenombre de «Quijada», o «Quesada», que en esto hay alguna diferencia en
los autores que deste caso escriben, aunque por conjeturas verisímiles se deja entender que se llamaba
«Quijana». Pero esto importa poco a nuestro cuento: basta que en la narración
dél no se salga un punto de la verdad.
Es, pues, de saber que
este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso —que eran los más del
año—, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que
olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aun la administración de su
hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas
hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en
que leer, y, así, llevó a su casa todos cuantos pudo
haber dellos; y, de todos, ningunos le parecían tan bien como los que
compuso el famoso Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas
intrincadas razones suyas le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer
aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes hallaba
escrito: «La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi
razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura». Y también cuando leía: «Los altos cielos
que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y os hacen
merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza...»
Objetivos didácticos
16. Crea textos literarios (cuentos, poemas, canciones y pequeñas obras teatrales) a partir de pautas o modelos dados utilizando recursos léxicos, sintácticos, fónicos y rítmicos en dichas producciones.
Webgrafía
5. Molinos de viento
Localización: Plaza cervantes
Propuesta: es un juego de la Mancha, que se
recomienda leer el pasaje de El Quijote, en el que el famoso hidalgo lucha con
molinos de viento a los que toma por gigantes.
Todos los jugadores necesitarán
un pañuelo y se formarán dos grupos; un grupo serán los molinos y otro grupo
los molineros. Los molinos se colocan formando un círculo con los ojos vendados
y cogidos de las manos. Todos moverán lentamente brazos y piernas como si
fueran molinos. Depositarán en el centro del círculo sus pañuelos, una vez
fuera tratarán de pasar a rescatar sus pañuelos pasando sin ser tocados por los
molinos y volver a salir. Si un molinero resulta tocado debe salir del círculo
y volver a empezar.
Este juego pertenece al capitulo de los molinos del quijote, donde don quijote, le dice a Sancho panza que va a derrotar a los molinos, porque ėl cree que son gigantes.
El octavo capítulo hace parte del último de la primera parte de la novela. En este Don Quijote una vez esta acompañado de Sancho Panza, decide salir a explorar una vez más el mundo lleno de aventuras que le esperan. Entre estas futuras aventuras se encuentra una de las más reconocidas y tal vez más significantes en la historia de nuestro caballero andante. Don Quijote y Sancho se acercan a un campo donde hay unos 30 molinos de viento, y don quijote reaccionando rápidamente le dice a Sancho
Octavo capítulo
“Porque vez allí, amigo Sancho
Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien
pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos
comenzaremos a enriquecer, que ésta es buena guerra, y es de gran servicio de
dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.”
Don Quijote como podemos ver
confunde los molinos de viento con grandes gigantes a los cual él dice será la
oportunidad perfecta para adinerarse y volverse famoso. Esta cita tiene gran
importancia en el libro ya que esta es el prólogo a lo que es el evento más
importante de El Quijote. Este toma su lanza y decide atacar el gigante y en su
rocín sale a pique, quien choca contra la pared del molino y sus alas destrozan
la lanza y mandan a volar al Rocinante y a su jinete a rodar. Enseguida Sancho
anda a buscarlo y una vez está de pie, se van ambos a buscar un lugar donde
reposar. Sancho Panza come y bebe vino de su bota mientras que Quijote se
desvela pensando en su amaba Dulcinea de Toboso.
Continuando al día siguiente Sancho Panza dice haber dormido placenteramente, mientras que Don Quijote velo toda la noche pensando. Esto demuestra un contraste entre Sancho quien es un hombre simple y sin complicaciones, y nuestro Hidalgo que ya no puede ni dormir por el tormento que su obsesión y locura le causa. Al avanzar el día, el valiente caballero y su escudero topan con una nueva aventura. Se encuentran con dos monjes de San Benito y tras ellos viene una caravana de mozos a mula quienes llevan un coche con alguna persona de importancia que se está movilizando. Don Quijote interpreta esto como el secuestro de una doncella y por lo tanto se prepara para su rescate.
Al fin de cuentas Don Quijote hiere a un mozo con su lanza, Sancho lo desnuda como parte del protocolo para demostrar su victoria, y lo único que consigue es una golpiza. Finalmente Don Quijote tiene un levantamiento de lanzas con un Mozo quien lo desafía y eventualmente combaten hombro a hombro.
“Oh señora de mi alma, Dulcinea, flor de la hermosura, socorred a este vuestro caballero, que por satisfacer a la vuestra mucha bondad en este riguroso trance se halla!”
Expresando así Don Quijote esta
oración cuando recibe una herida de su combatiente, y pidiéndole a su doncella
que lo ampare. El capítulo termina con una abrupta interrupción que el narrados
hace diciendo que el escritor no tenía más que poner dado a la falta de
información. Comenta que en la segunda parte habrá otro autor que lo complete,
y así deja al lector en shock, con un estilo caballeresco que Cervantes emplea.
Webgrafía
6. Extrañas cosas de Sierra Morena
Localización: Catedral
Los alumnos
se sentarán y se les leerá el fragmento. Más tarde los niños, tendrán que
separarse en grupos, a cada grupo se les repartirá la carta que deberán
entregar a dulcinea, pero mal escrita, y diciéndoles: “Ahora vosotros tenéis
que corregir este texto amoroso y escribir bien las palabras que están mal,
tratando de que el texto sea comprensible”.
Cuando
tengan corregida la carta deberán buscar a dulcinea para recitarle la carta que
le envía el caballero de la triste figura. Dulcinea será cualquier profesor/a
con un disfraz de la época.
“SoberaÑa y alta seNora:
El (H)erido de punta de ausencia, y el
llagado de las telas del corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía la
salud que él no tiene. Si tu (H)ermosura me desprecia, si tu Balor no es en mi
pro, si tus desdenes son en mi afincamiento, maguer que yo sea asaz de sufrido,
mal podré sostenerme en esta cuita, que además de ser fuerte es muy duradera.
Mi buen Hescudero Sancho te dará entera relación, ¡oh Vella ingrata, amada
enemiga mía!, del modo que por tu causa quedo. Si gustares de socorrerme, tuyo
soy; y si no, (H)az lo que te viniere en gusto, que con acabar mi vida habré
satisfecho a tu crueldad y a mi deseo.
Tuyo (H)asta la muerte,
El caballero de la triste figura”
Capítulo
XXV. Que trata de las estrañas cosas que en Sierra Morena sucedieron
al valiente caballero de la Mancha, y de la imitación que hizo a la
penitencia de Beltenebros
Sacó el libro de memoria don Quijote,
y, apartándose a una parte, con mucho sosiego comenzó a escribir la carta;
y, en acabándola, llamó a Sancho y le dijo que se la quería
leer, porque la tomase de memoria, si acaso se le perdiese por
el camino, porque de su desdicha todo se podía temer. A lo
cual respondió Sancho:
–Escríbala vuestra merced dos o tres
veces ahí en el libro y démele, que yo le llevaré bien guardado, porque
pensar que yo la he de tomar en la memoria es disparate: que la
tengo tan mala que muchas veces se me olvida cómo me llamo. Pero, con
todo eso, dígamela vuestra merced, que me holgaré mucho de oílla, que debe
de ir como de molde.
–Escucha, que así dice –dijo don
Quijote:
Carta de don Quijote a Dulcinea del
Toboso
Soberana y alta señora:
El ferido de punta de ausencia y el
llagado de las telas del corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía
la salud que él no tiene. Si tu fermosura me desprecia, si tu valor no
es en mi pro, si tus desdenes son en mi afincamiento, maguer que yo
sea asaz de sufrido, mal podré sostenerme en esta cuita, que, además de
ser fuerte, es muy duradera. Mi buen escudero Sancho te dará entera
relación, ¡oh bella ingrata, amada enemiga mía!, del modo que por tu causa
quedo. Si gustares de acorrerme, tuyo soy; y si no, haz lo que te
viniere en gusto; que, con acabar mi vida, habré satisfecho a
tu crueldad y a mi deseo.
Tuyo hasta la muerte,
El Caballero de la Triste Figura.
–Por vida de mi padre –dijo Sancho en
oyendo la carta–, que es la más alta cosa que jamás he oído. ¡Pesia a mí,
y cómo que le dice vuestra merced ahí todo cuanto quiere, y qué
bien que encaja en la firma El Caballero de la Triste Figura!
Digo de verdad que es vuestra merced el mesmo diablo, y que no haya
cosa que no sepa.
–Todo es menester –respondió don
Quijote– para el oficio que trayo.
–Ea, pues –dijo Sancho–, ponga vuestra
merced en esotra vuelta la cédula de los tres pollinos y fírmela con
mucha claridad, porque la conozcan en viéndola.
–Que me place –dijo don Quijote.
Y, habiéndola escrito,se la leyó; que
decía ansí:
Mandará vuestra merced, por esta
primera de pollinos, señora sobrina, dar a Sancho Panza, mi escudero, tres
de los cinco que dejé en casa y están a cargo de vuestra merced. Los
cuales tres pollinos se los mando librar y pagar por otros tantos
aquí recebidos de contado, que consta, y con su carta de pago serán
bien dados. Fecha en las entrañas de Sierra Morena, a veinte y dos de
agosto deste presente año.
–Buena está –dijo Sancho–; fírmela
vuestra merced.
–No es menester firmarla –dijo don
Quijote–, sino solamente poner mi rúbrica, que es lo mesmo que firma, y
para tres asnos, y aun para trecientos, fuera bastante.
–Yo me confío de vuestra merced
–respondió Sancho–. Déjeme, iré a ensillar a Rocinante, y aparéjese
vuestra merced a echarme su bendición, que luego pienso partirme, sin
ver las sandeces que vuestra merced ha de hacer, que yo diré que le vi
hacer tantas que no quiera más.
–Por lo menos quiero, Sancho, y porque
es menester ansí, quiero, digo, que me veas en cueros, y hacer una o
dos docenas de locuras, que las haré en menos de media hora, porque,
habiéndolas tú visto por tus ojos, puedas jurar a tu salvo en las demás
que quisieres añadir; y asegúrote que no dirás tú tantas cuantas yo pienso
hacer.
–Por amor de Dios, señor mío, que no
vea yo en cueros a vuestra merced, que me dará mucha lástima y no
podré dejar de llorar; y tengo tal la cabeza, del llanto que
anoche hice por el rucio, que no estoy para meterme en nuevos lloros;
y si es que vuestra merced gusta de que yo vea algunas locuras, hágalas
vestido, breves y las que le vinieren más a cuento. Cuanto más, que para
mí no era menester nada deso, y, como ya tengo dicho, fuera ahorrar el
camino de mi vuelta, que ha de ser con las nuevas que vuestra
merced desea y merece. Y si no, aparéjese la señora Dulcinea; que si
no responde como es razón, voto hago solene a quien puedo que le tengo de
sacar la buena respuesta del estómago a coces y a bofetones. Porque,
¿dónde se ha de sufrir que un caballero andante, tan famoso como vuestra
merced, se vuelva loco, sin qué ni para qué, por una...? No me lo haga decir
la señora, porque por Dios que despotrique y lo eche todo a doce, aunque
nunca se venda. ¡Bonico soy yo para eso! ¡Mal me conoce! ¡Pues, a fe que
si me conociese, que me ayunase!
–A fe, Sancho –dijo don Quijote–, que,
a lo que parece, que no estás tú más cuerdo que yo.
–No estoy tan loco –respondió Sancho–,
mas estoy más colérico. Pero, dejando esto aparte, ¿qué es lo que ha
de comer vuestra merced en tanto que yo vuelvo? ¿Ha de salir al
camino, como Cardenio, a quitárselo a los pastores?
–No te dé pena ese cuidado –respondió
don Quijote–, porque, aunque tuviera, no comiera otra cosa que las yerbas
y frutos que este prado y estos árboles me dieren, que la fineza de
mi negocio está en no comer y en hacer otras asperezas equivalentes.
–A Dios, pues. Pero, ¿sabe vuestra merced
qué temo? Que no tengo de acertar a volver a este lugar donde agora le
dejo, según está de escondido.
–Toma bien las señas, que yo procuraré
no apartarme destos contornos –dijo don Quijote–, y aun tendré cuidado
de subirme por estos más altos riscos, por ver si te descubro cuando
vuelvas. Cuanto más, que lo más acertado será, para que no me yerres y te
pierdas, que cortes algunas retamas de las muchas que por aquí hay y las
vayas poniendo de trecho a trecho, hasta salir a lo raso, las cuales te
servirán de mojones y señales para que me halles cuando vuelvas,
a imitación del hilo del laberinto de Teseo.
–Así lo haré –respondió Sancho Panza.
Y, cortando algunos, pidió la bendición
a su señor, y, no sin muchas lágrimas de entrambos, se despidió dél. Y,
subiendo sobre Rocinante, a quien don Quijote encomendó mucho, y que
mirase por él como por su propria persona, se puso en camino del llano,
esparciendo de trecho a trecho los ramos de la retama, como su amo se lo
había aconsejado. Y así, se fue, aunque todavía le importunaba don Quijote
que le viese siquiera hacer dos locuras. Mas no hubo andado
cien pasos, cuando volvió y dijo:
–Digo, señor, que vuestra merced ha
dicho muy bien: que, para que pueda jurar sin cargo de conciencia que le
he visto hacer locuras, será bien que vea siquiera una, aunque
bien grande la he visto en la quedada de vuestra merced.
–¿No te lo decía yo? –dijo don
Quijote–. Espérate, Sancho, que en un credo las haré.
Y, desnudándose con toda priesa las calzones,
quedó en carnes y en pañales, y luego, sin más ni más, dio
dos zapatetas en el aire y dos tumbas, la cabeza abajo y los pies en
alto, descubriendo cosas que, por no verlas otra vez, volvió Sancho la
rienda a Rocinante y se dio por contento y satisfecho de que podía jurar
que su amo quedaba loco. Y así, le dejaremos ir su camino, hasta la
vuelta, que fue breve.
Universidad de
Alcalá
1997
1997
Objetivos Educación Literaria:
9.
Realiza lecturas guiadas de textos narrativos de tradición oral, literatura
infantil, adaptaciones de obras clásicas y literatura actual.
17.
Dramatiza, individualmente y en grupo, textos literarios apropiados o adecuados
a su edad y textos de producción propia.